• Mario Sánchez, Presidente del Colegio de Profesores de La Serena
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El Día
El profesional cree que llegó el momento de abordar el tema de cómo realizar una educación sin ser distante con el alumno “y con cariño” pero sin que el profesor tenga que estar preocupado de ser acusado ante cualquier situación que pueda ser mal interpretada. 

“En estos tiempos, el trabajo de los profesores es cada vez más complejo y estamos cada vez más expuestos”. Con esta frase, el Presidente del Colegio de Profesores de La Serena, Mario Sánchez, hace alusión a que en muchos casos, los docentes son denunciados por diversas razones y no en todas resultan culpables. Sin embargo, el juicio público siempre da su veredicto antes y condena al afectado. 

Las declaraciones las da en medio del caso del trabajador del colegio Rukalaf de Las Compañías, quien es investigado por un presunto abuso sexual a tres menores de edad y que quedó libre –por el momento- por falta de pruebas. 

Sánchez, no se refiere a este tema en particular, ni mucho menos defiende al presunto agresor. Pero sí, hace hincapié en que falta mucho por hacer para que las investigaciones que afectan a profesores que sí son inocentes, se lleven a cabo con más premura y cautela, para no acabar con la carrera profesional de alguien antes de tiempo. 

-¿Siente que estos juicios públicos son muy apresurados? 

“Hay dos situaciones que son totalmente distintas. Por lo que entiendo, este (el profesor del Rukalaf) es un autor presunto y hay que hacer la diferencia porque yo conozco de casos del mundo municipal que han pasado por lo mismo y que finalmente han resultado inocentes, no eran culpables según lo que se determinó tras el resultado de la investigación”. 

-Es demasiado fácil acusar, ¿dice usted? 

“Lo que pasa es que, claro, a veces se hacen las acusaciones, ocurren en los establecimientos educacionales y se hacen dos tipos de investigaciones. Una al interior de los recintos más la investigación policial correspondiente, y yo te digo que hay casos en que los profesores resultaron inocentes, pero la causa no se cerraba de inmediato en la justicia ordinaria y les costó años volver a trabajar. Tenían esa limitante, además de todo el estigma social que hay de por medio”. 

-¿Esos casos cuándo sucedieron y dónde? 

“Estos son casos de acá de La Serena, pasaron hace poco. También han sucedido en Limarí. Tenemos varios casos de este tipo. A nosotros también nos ha tocado defender situaciones, porque resulta que al final, nos daba la razón el hecho de que la misma justicia y la investigación interna arrojaba que el profesor no era responsable de lo que se le estaba imputando”. 

-¿Es muy fácil acusar a un profesor de abuso sin tener pruebas? 

“Es muy complejo, porque además, ¿cómo se demuestra eso? Y la justicia, yo no lo he visto en otros casos, cuando las personas son responsables, las penas tampoco son acordes. Entonces hoy día lo primero que se debe hacer es una revisión de los procedimientos, eso es algo, y las penas que se entregan. No hablo de esta situación que se tiene que investigar, pero muchas personas hacen estas denuncias con otro fin, algunos tienen conflictos con otros docentes y quieren perjudicarlos. Es un tema muy complicado llegar y acusar sin tener las pruebas necesarias”. 

-Esto puede acabar con la carrera de un profesor… 

“Claro, por ejemplo, y eso no se acaba así como así. En una sociedad como la nuestra siempre queda, porque después es típico que dicen ‘salió libre, pero igual era culpable’. Entonces es una situación es muy difícil. Y si la situación que se denuncia es real, es verdadera, también es muy difícil para los chicos que sufrieron eso”. 

-¿Cómo enfrentan los profesores el hecho de estar tan expuestos? 

“Yo lo planteo desde el punto de vista municipal, porque no me puedo hacer cargo de cómo se trabaja en el mundo particular subvencionado que es distinto. Nosotros planteamos que en la educación municipal no sólo se educa con el libro, sino que se educa con el cariño. Entonces, hoy día ese tema del cariño, puede ser mal visto por algunos o visto de manera equivocada, y puede llevar a que se hagan acusaciones o imputaciones que no son ciertas, entonces el profesor se tiene que estar cuidado demasiado. Entonces, ¿cómo yo entrego educación con afecto, si me tengo que estar cuidando que cualquier posible situación que me puede afectar”. 

-Es un tema a analizar… 

“Claro, es un tema que las autoridades deberían abordarlo para establecer nuevas formas de articular una educación sin ser distante, porque hoy día el profesor prefiere ser distante para no tener conflictos de ningún tipo”. 

-¿Cree que los apoderados y la gente en general condena demasiado rápido públicamente sin que existan las pruebas?

“Yo creo que sí, pero está bien porque el apoderado debe reaccionar, porque hemos sabido de sistemas donde se esconden o se ocultan situaciones y eso tampoco puede pasar. Entonces, el apoderado debe reaccionar, pero esa reacción debe ser acorde a la situación. Lo que no se puede ni se debe hacer nunca es sobre reaccionar. Yo no puedo venir a hacer juicios públicos ni a través de las redes sociales, ni mucho menos que querer linchar a la persona como ha ocurrido también por ahí, si después se puede demostrar que la persona no es culpable”.

 -¿Hay una deuda en este tema? 

“Claramente hay una deuda en la educación, y en la justicia en el tema de regular situaciones como estas que están en el terreno de nadie y que generan conflictos éticos en algún momento”. 

En los ejemplos que usted pone de profesores de La Serena que fueron acusados y que finalmente resultaron libres, a ellos, ¿qué tanto les costó retomar su carrera?

“Es que ese es el tema. Les costó mucho, demasiado, prácticamente perdieron sus carreras, en algunos casos. Ellos eran felices trabajando en lugares donde habían permanecido durante años, pero por una situación de ese tipo donde ni siquiera resultaron responsables, fueron cuestionados y condenados públicamente, habiendo tenido carreras siempre intachables. Incluso, y esto es inevitable, hay cuestionamientos de los pares, por eso que esto hay que regularlo de una manera más fina de lo que hoy existe. Hay que buscar una manera para que no existan estos juicios públicos”. 

-¿Por dónde partimos para cambiar esto?

“La superintendencia, que es el organismo que recibe denuncias de este tipo hoy día no está hecha para responder rápidamente y de forma efectiva a estas denuncias. Te pongo el caso de nuestra región, tienen muy pocos supervisores. Pongamos que hay 400 colegios el que hayan 8 personas para supervisar toda la región creo que no da. El sistema está superado, sobrepasado por la realidad”. 

 

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