Vino a la Región de Coquimbo para participar del octavo aniversario de la Logia “Trabajo y disciplina” y también de una ceremonia que se celebra en Vicuña para premiar a docentes destacados. Se trata del gran maestro de la Gran Logia de Chile, Luis Riveros Cornejo, quien se caracteriza por su habitual corbata tipo humita y su caminar pausado pero seguro, defendiendo la labor docente, ya que su historia está íntimamente ligada con la Universidad de Chile, casa de estudios de la que fue rector. “La educación chilena está postergada como una disciplina social. Creo que el profesor ha retrocedido en la escala de la evaluación social, injustamente, lo que ha ayudado a deteriorar la educación. Creo que todo lo que podamos hacer para poner en valor la labor de los maestros hay que apreciarlo, porque nuestra sociedad tiene graves dilemas”, subrayó.
Aprovechando esta instancia, conversó con diario El Día sobre la contingencia política, donde la masonería, como espacio de análisis y discusión de la realidad con un espíritu laico, tiene un lugar que la historia le ha reservado. Pero una de sus mayores preocupaciones está en el porvenir de la sociedad chilena, donde la clase política ha sido objeto de severas críticas y de un desprestigio paulatino y que va en alza.
-¿Cómo se puede interpretar el desencanto tan grande de la ciudadanía con la política?
“Ciertamente durante la dictadura militar nuestra educación cayó, pero por sobre todo en la formación cívica. Eso continuó y fue un grave error de los gobiernos de la Concertación, que debieron haber acometido la formación de ciudadanos y de personas. La formación valórica está postergada y no basta sólo con unos cursitos. No formamos ciudadanos, formamos consumidores, que están bien adiestrados para competir y para elegir productos a la mejor conveniencia. Entonces, sus elecciones políticas también han sido basadas en la elección de productos. Hoy, los candidatos son productos que si tienen buena imagen triunfan. Esto nos ha llevado a la selección de una cantidad de políticos que están marcados por una irrelevancia en materia de políticas públicas. Entonces, cuando el Senado de la República, que fue concebido para tratar las grandes materias, se pone a discutir sobre las tareas para la casa de los niños, y cuando los diputados se ponen a discutir sobre si las mesas de los restaurantes tienen saleros, pareciera que no tenemos una dirigencia política muy compenetrada en las grandes prioridades nacionales. La gente quiere una mejor salud, y tenemos una salud que es una vergüenza. Tenemos un sistema de pensiones que es un desastre, una educación retrasada y problemas serios de seguridad ciudadana. Y nuestros políticos están discutiendo todas esas cosas".
-¿Cómo se puede explicar entonces la baja participación ciudadana en las recientes elecciones municipales?
“Toda esta crisis ha ido provocando el rechazo de la gente por hacer política, que en muchos caso puede resultar injusto pero hay una serie de factores que han influido, como los actos de corrupción, de poca transparencia, y es por esto que la gente considera muy injusto que un pobre hombre que se roba un balón de gas esté preso y otro que se roba millones no le pase nada. Todo esto ha ido profundizando esta crisis política y nos ha llevado a una crisis institucional, porque las instituciones del Estado chileno han dejado de funcionar adecuadamente. Tenemos un parlamento que aprueba leyes pero éstas están mal hechas; y en algunos casos, como en la reforma tributaria, han tenido que volver al parlamento para corregir lo que se ha hecho mal. Para qué decir lo que pasó entre el Registro Civil y el Servel. Por eso, lo sucedido en las municipales no puede extrañarnos. Las últimas encuestas señalan que la Nueva Mayoría tiene un rechazo de más de un 80%; Chile Vamos, más de un 70% y el parlamento tiene una aprobación de un 7%. La Presidenta, tiene sólo cerca de un 20% de apoyo. Por eso, no podemos sorprendernos de que haya cerca de un 65% de abstención. Las votaciones para todos los bloques han disminuido sus votaciones, lo que demuestra que hay un castigo social transversal”.
-¿Cree que el regreso del voto obligatorio puede cambiar esta realidad, o sólo es una propuesta simplista?
“La abstención es un síntoma, y uno no debe tratar al síntoma como enfermedad. La enfermedad es la clase política. Si ellos no ponen la prioridad en lo que la gente necesita, podemos poner el voto más obligatorio del mundo, pero al final del día no vamos a solucionar la enfermedad”.
Aspiraciones mayores
Luis Riveros Cornejo, a partir de la oportunidad de recorrer el país, descubre con tristeza la decepción por la clase política, actividad que él sigue considerando fundamental para el desarrollo de la vida social de un país. Incluso, tras las municipales consultó en una de las aulas universitarias donde se dedica a enseñar quien fue a votar, y de los 80 jóvenes ninguno lo hizo. Esto lo ha decidido a enfrentar un desafío importante: quiere ser una opción para la carrera presidencial 2017.
-¿Usted será un candidato independiente?
“Me siento muy lejos de la Nueva Mayoría y de Chile Vamos, por eso seré un candidato independiente. Creo que si desde mi posición puedo aportar un poco a la discusión para construir un mejor país, me puedo sentir más que satisfecho, porque me parece que no hay una valoración apropiada de la actividad política, lo que dice relación a las malas prácticas que han llevado a cabo ”.
- Respecto a Alejandro Guillier, ¿considera que es 'más de lo mismo'?
“Si, porque es de la Nueva Mayoría, y este conglomerado ya no es una alternativa para la ciudadanía. Ya pasamos por la etapa de elegir a un candidato porque tiene una buena imagen, para al día siguiente darnos cuenta que sus propuestas son débiles. Así, el país entra en un torbellino de cambios donde la incertidumbre pasa a ser la tónica”.
-Y al parecer volvemos al pasado, porque Lagos y Piñera han vuelto a ser candidatos…
“Menos mal que no está vivo Eduardo Frei Montalva o Gabriel González Videla. Si no, incluso hasta ellos podrían ser candidatos. En este caso, se aplica un dicho muy chileno, donde más vale diablo conocido que diablo por conocer. Pero este dicho no refleja la necesidad que tiene el país de una mirada distinta. Por ejemplo, en el caso del sistema de pensiones, cuando nos vanagloriamos de tener un ingreso per cápita de 23 mil dólares, no podemos tener pensiones de $150 mil. Y eso pasa porque al igual que con otros temas, no hemos desarrollado discusión. Y por ende, no hay una mirada futurista. Así es como se mira a figuras ya conocidas como Sebastián Piñera y Ricardo Lagos, cuando en realidad muchos chilenos están más preocupados de cosas más importantes, para llevar una vida mucho más sostenible”.
-¿Considera creíble este “descuelgue” de la Democracia Cristiana respecto a la Nueva Mayoría?
“Los grandes políticos hacen o no hacen las cosas. Esto de las amenazas suena más como un artilugio para negociar de mejor forma una determinada posición. Muchos democratacristianos consideran que es un error estar en la Nueva Mayoría: entonces, no estén, porque esto de congelar las relaciones con el Gobierno es algo bastante poco pertinente. Y al final del día, uno se da cuenta que lo importante son los cargos que se tienen para el partido. Por ende, si hay real disconformidad, la DC tiene que descolgarse definitivamente de la Nueva Mayoría. Por eso, esto me parece un bluffer”.
-¿Qué le pareció el triunfo de Sharp en Valparaíso, que rompió de alguna manera con el “duopolio” de la Nueva Mayoría y Chile Vamos en el puerto principal?
“Creo que fue una gran protesta contra la forma en que se hace política. Porque el DJ Méndez fue un candidato para poder conquistar votos. Sin embargo Sharp, que ha hechos fuertes declaraciones, no la tendrá nada de fácil, porque la tarea ahora es ser alcalde, manejar una ciudad compleja y entregar soluciones. A partir de ahora ya no puede ser rupturista, pues tendría que ser rupturista con sigo mismo. Esperemos que haya una evolución interesante en ese sentido”. 3801iR
El rol de la masonería
A juicio de Luis Riveros Cornejo, la masonería chilena debe ser el puente de unión de la ideas al interior de una sociedad. “Este año, la masonería se dedicó a pensar sobre los valores republicanos. Y llegamos a la conclusión que estos se han ido perdiendo, y queremos restaurarlo por medio de la discusión de temas. El rol de la masonería siempre ha sido clave, como cuando ocurrió la crisis de los años ’20, donde incluso influimos en cambios constitucionales. Por esto, debemos tener un sentido de organización, solidaridad y tolerancia lo que debe ser logrado mediante el diálogo, sin imponerse desde arriba”.