Sr. director,

Soy un vecino más de la ciudad y, al igual que muchos, estoy más cansado del desorden y la desgobernanza que de los contagios. Las autoridades se enfocan en los ambulantes porque los ven, pero hacen vista gorda a las fiestas, sabiendo que la interacción social sin mascarilla ni distanciamiento es el verdadero foco de contagio ¿Los grandes responsables? Los "Clandestinos de Instagram".

Que no salgan en TV no quiere decir que no existan. Y sin embargo ahí están, vendiendo alcohol sin supervisión bajo el "alero del emprendimiento". Desnormalicemos esto: Comercializan una sustancia que solo se distribuye y vende con permisos, por tanto, su negocio es clandestino y delictual. Cuesta entender que después de un año y medio de pandemia, nuestras autoridades aún no muevan un dedo para llegar al origen del problema. En vez de eso, se enfocan en acudir a cada aviso de fiesta o ruido molesto, cuando es más simple: Sin proveedor, no hay celebración.

Es fácil encontrar a estos "Clandestinos de Instagram" en La Serena, bajo nombres tan sugerentes como PRENDO TU AFTER (@prendotuafter.ls), AL SECO (@alsecooo), COPETE THE JOIN (@copete_thejoin), LICORES VICE (@licoresvice) o DELIVERY AMANECER (@delivery_amanecer), entre otros. No publican fotos para parecer inactivos, pero suben "historias" donde impunemente promocionan sus cartas y números telefónicos. Si uno presta atención a las "historias", puede llegar a las cuentas personales de estos "comerciantes", que se ufanan de armar negocios juntando los bonos que entrega el mismísimo Estado. Insólito.

Pienso en los dueños de las botillerías, a quienes ha caído todo el peso y el rigor de la Ley. Hoy también enfrentan a una competencia desleal y cobarde, una que no paga patente, no paga arriendo, no paga imposiciones y mucho menos IVA. No aportan, derechamente son una carga para la sociedad y el Estado.

Me pregunto cuántos funcionarios tendrá en la región PDI, Carabineros, Seremía de Salud, juzgados de policía local, fiscalía, SII, municipio, gobernación ¿Será muy caro destinar a un solo empleado público para que llame a estos clandestinos, de seguimiento y coordine las órdenes judiciales para acabar de una vez por todas con este lastre?

Durante el fin de semana, cada día hice un pedido a uno de estos "emprendimientos" y encontré un patrón: chicos de no más de 25 años, vestidos de marca y en buenos autos. En pandemia, estos últimos dos factores no dicen mucho, pero sí que sean jóvenes, los mismos que lloran diciendo que están hartos del encierro y de la falta de libertad, mientras reman contra el bien común.

Puedo entender y celebro a quienes emprenden vendiendo desayunos, joyería, sándwich, ropa y artículos de tecnología. Muchos no están en regla aún, otros vieron en esto un nuevo horizonte de vida que están profesionalizando, pero ninguno de ellos daña, incita o expone al resto. A estas alturas, incluso puedo entender a los ambulantes: es claro que lo hacen por hambre y necesidad y, lo más importante, dando la cara, mientras estos jovencitos lo hacen escondidos detrás de las faldas de sus padres, conduciéndoles sus autos y vendiendo desde las sombras, donde nadie los puede ver ni identificar, mientras los comerciantes de verdad se debaten entre pagar el arriendo del local o comer a fin de mes.

A nuestros nuevos concejales, a los que siguen en sus cargos, a nuestro alcalde de siempre y a la flamante nueva gobernadora, por favor coordinar los esfuerzos para fiscalizar y multar, pero de verdad.

Más en esta historia

- {{historia.created}}

Cargando ...

Autor

Imagen de jorge_miranda

Nacido en la magia del Sur, serenense por opción y amante de la IV región.

X