• La ministra de Cultura, Consuelo Valdés Chadwick, se declaró regionalista y partícipe de que otras zonas del país tengan mayor autonomía y capacidad de decisión, especialmente en materia de las artes y la cultura.
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Leonel Fritis
La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, quien se encuentra en la zona, aseguró que la nueva ley de patrimonio cultural contemplaba darle más atribuciones a las regiones. También que busca cambios en las normas que rigen al Consejo de Monumentos Nacionales y, refiriéndose a su gestión, mencionó que esperaba cada día equivocarse lo menos posible.

La ministra de Las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés Chadwick, quien hoy estará en Vicuña participando de la conmemoración de los 75 años del Premio Nobel de Literatura de Gabriela Mistral, se refirió a distintos temas de su cartera, como las críticas que recibió por el presupuesto del próximo año. También lo que ha hecho su ministerio para acotar la brecha de género y reconoce que el Teatro Regional es un antiguo anhelo de la zona.

En su pasada por La Serena el jueves, inauguró las obras de reparación de la Catedral, la que se vio dañada en el terremoto de enero del año pasado.

-¿Cuál es el objetivo de recorrer la zona patrimonial de La Serena?

“Ha tenido varios propósitos. Lo más importante ha sido venir a responder, a cumplir con un compromiso, porque a la semana siguiente del fuerte sismo de enero del año 2019 vine con el Presidente de la República a ver los daños, los destrozos ocurridos con este sismo y ahí, entre otras visitas, recuerdo haber ido a la Catedral, subí hasta la torre y vimos los daños que había sufrido este monumento nacional y nos comprometimos a aportar recursos para restaurarlo, por eso que vine, quisimos haber venido antes, pero por la pandemia no lo pudimos hacer. El segundo motivo es ver la restauración cumplida de varias residencias  de valor patrimonial que sufrieron con el sismo. Agradecer y reconocer varias cosas. La primera, la importancia de las alianzas de los distintos sectores públicos, cómo han aportado recursos desde sus distintas carteras para atender esta emergencia de la reconstrucción”.

-Uno de los problemas de la zona patrimonial es que se ha ido deteriorando y no se puede recuperar porque el Consejo de Monumentos Nacionales es muy lento en sus funciones. ¿No se ha trabajado en  una reestructuración?

“Dentro de la agenda cultural del programa de gobierno del presidente (Sebastián) Piñera está la nueva ley de patrimonio cultural, porque la gestión hoy día de lo que es el patrimonio del país no puede sostenerse y tener como marco una ley que es  arcaica. Por eso está el proyecto de ley que se está trabajando, está en pre conocimiento de la Comisión Cultura de la Cámara de Diputados. Se están haciendo las consultas de las distintas carteras ministeriales para ingresarlo lo antes posible, pero hemos hecho las consultas ciudadanas que corresponden a una iniciativa de esta naturaleza. Una de las cosas importantes del proyecto de ley es la delegación de atribuciones a las regiones, porque no es posible que hoy día, medidas tan poco significativas como permiso para pintar un muro tenga que ir a Santiago. Eso es anómalo, arcaico, es paleolítico”.

-¿Qué significado tiene para usted el 13 de agosto? (fue nombrada ministra)

“Muchas cosas. Primero, una situación absolutamente inesperada. Yo estaba de directora del MIM (Museo Interactivo Mirador), estaba con un proyecto de una sala de matemáticas y proyectos de otra naturaleza y recibí este llamado del Presidente, fue algo inesperado, pero por otro lado, me gusta el servicio público y creo que era una oportunidad para renovar ese compromiso que, siento, he tenido siempre para trabajar en la administración pública, así que le estoy agradecida por esa oportunidad y espero estar haciendo todos los días lo mejor posible por el ámbito cultural. Espero cada día equivocarme lo menos posible, escuchar más, dialogar, especialmente en estos momentos de crisis en el sector cultural, que ha sido inesperada, ha sido inédita, muy severa y agréguele otros como el caso del estallido social, terremoto entremedio. Son desafíos muy grandes, que ponen a prueba las capacidades, las vocaciones. Lo otro ha sido instalar el ministerio nuevo, tenemos 16 seremías y son 2.900 funcionarios y confío en ellos”.

-¿Cuándo se hizo cargo del Museo Regional de la Araucanía en 1980, pensó que llegaría a ser ministra de cultura?

“Nunca, nunca. Pero cuando lo miro  desde hoy día, en perspectiva, creo que si no hubiese tenido esa experiencia, ese cargo, no podría estar hoy día en este. Fue una escuela para hacerme cargo de un museo con todo lo que significa una institución de esa naturaleza, que no solamente es conservar y mostrar patrimonio, sino que también incorporar a la ciudadanía. Fue toda una escuela que me sirvió muchísimo”.

-¿Esa experiencia de qué le ha servido en su actual cargo?

“Me ha servido para muchas cosas. Fortalecer mi convicción en el aporte de la cultura a la formación personal y colectiva de todas y todos nosotros ciudadanos chilenos. La cultura es un pilar de la democracia, nos hace ser mejores personas, mejores ciudadanos, tener un sentido de destino común. Nos enriquece la mente, la imaginación, la emocionalidad, nos hace ser mejores personas. Nos  impregna de humanismo, nos inculca el respeto por el otro”.

-Estando en ese cargo creó la Coordinación Nacional de Museos.

“Así es, una de las lecciones que saco de la experiencia de Temuco es el aprecio que le doy a la gestión regional y en eso yo soy muy regionalista. En el ministerio me conocen, que voy a estar siempre colocando mis ojos en las regiones, porque hay un centralismo muy marcado en nuestro país y hay que estar procurando los mejores equilibrios posibles. Creo en las regiones, me formé ahí, la Araucanía me templó”.

-También integró el directorio de la Corporación Cultural de la Estación Mapocho, ¿cuál cree que es el aporte que ha hecho al mundo de la cultura esta organización?

“Mucho. Por de pronto, cuidar un patrimonio. La Estación Mapocho es un monumento nacional por el rol y la importancia que tuvo respecto a las estaciones de ferrocarriles y, a su vez, la importancia que tuvo el ferrocarril de comunicación del país. Y luego de su reconversión, su restauración ha sido un espacio para una intensa actividad cultural de todo tipo, la feria del libro, dramaturgia, exposiciones temporales, en fin, ha sido una labor muy significativa, muy convocatoria de distintos públicos”.

-En su vida personal y profesional ¿cómo ha conjugado su profesión de arqueóloga con el de política?

“Es curioso, pero tener una formación en arqueología, esta maravillosa disciplina que reconstruye el pasado, la historia y que nos hace entender la forma de vida de culturas pasadas, cómo se adaptaban al medio ambiente, sus cosmovisiones, te ayudan a conocer más el mundo, que no todo en la humanidad está en la cultura de uno, hay muchas otras. Quizás las preguntas de la humanidad son las mismas, pero las respuestas son las distintas y en esas respuestas hay alternativas de formas de vida, de visiones de mundo, de convivencia, de sistemas sociales, políticos, económicos. Es importante estar en esta vitrina de la diversidad y no ser siempre uno el punto de referencia”.

-Desde el mundo de la cultura la han criticado abiertamente, especialmente cuando dijo que “un peso que se coloque en cultura, es porque se deja de colocar en otro programa o necesidad de los ciudadanos”. ¿Se arrepiente de esos dichos?

“Fueron palabras sacadas de contexto, porque en el contexto de la conversación que tenía con la periodista, con su colega, estábamos hablando en general de lo que significaba el presupuesto de cultura, lo que significaba esta deuda histórica, que el presupuesto tuviera el 1% en cultura. Estábamos hablando de que siempre son desafíos, pero agregué esa frase dentro de la conversación, que fue infelizmente sacada fuera de contexto, pero, la verdad, es que como llevo como 50 años en esto, creo en el valor y lo esencial que es la cultura”.

-Los artistas afirman que la cultura es un derecho y que la industria cultural aporta el 2% del PIB. ¿Qué opina usted de esto?

“Hay que tener cuidado con esas comparaciones que se hacen con otros países. Para mí la cultura es un derecho esencial, el derecho al acceso a la cultura, a la creatividad; el derecho a la libre expresión es crucial en una democracia. Y, más aún, teniendo presente el proceso constituyente, que va a ser una oportunidad para conversar estos temas, pera actualizarnos en estos principios respecto a la cultura. Por ejemplo, cuando uno piensa en el derecho de todos a la cultura, casi siempre lo pensamos como una cultura presencial-material. El derecho al libro, el derecho de ir a un espectáculo. Y todo eso es como presencial, es material, pero el mundo cambió, la pandemia ha hecho surgir estas plataformas digitales de la cultura y de acceso, en vista de que lo presencial ha estado limitado. Seguramente a futuro va a seguir un modelo híbrido, de lo presencial, que es irreemplazable, con lo digital”.

-¿Cómo ha tratado de ir acotando la brecha de género en la cultura?

“De varias formas. Tuvimos el programa de las mujeres creadoras, donde pusimos en valor el trabajo de las mujeres artistas en distintos campos de la cultura y ahora, el legado de Gabriela Mistral. Ella es un referente, fue una mujer visionaria. Fue una activista y eso hay que ponerlo en valor, divulgarlo. Hay mucho que leer de ella, rescatarlo y el testimonio de vida de ella, de los orígenes tan humildes y de que llega a recibir un premio Nobel. Una mujer que luchó por los derechos de la mujer, por los derechos del niño, de los pueblos originarios, entre otros. Estamos haciendo ahora una edición de las Obras Reunidas de Gabriela Mistral, son ocho tomos y ya llevamos cinco que salieron del horno”.

-¿Cómo ve que tardíamente en Chile se conoce la sexualidad de Mistral que estuvo muy oculta?

“Es parte de su vida, pero yo me centraría en el tremendo aporte que hizo a la cultura. Es su vida privada y encontró una gran compañera como Doris Dana que le ayudó y la acompañó muchísimo, sobre todo al final. Le recopiló toda su obra, fue una gran compañera, quizás una musa de ella. Pero eso, es la vida privada de ella, no lo mezclemos, no es un signo desfavorable”.

-No se lo digo por eso, es porque hoy no es tema.

“Absolutamente, yo tengo el mayor respeto por la diversidad sexual y es parte de la vida. Vengo de terminar de leer una biografía de la Susan Sontag (escritora, fotógrafa, filósofa y ensayista norteamericana, fue pareja de la fotógrafa Annie Leibovitz), una mujer de esa condición ¡y qué!, ¡y qué!. Pero veamos el aporte que ella hizo a la cultura para enriquecer nuestro humanismo, a la creatividad, a los debates intelectuales del momento, en fin, tantas cosas. Eso es lo importante”.

-¿Cree que hay una deuda con Gabriela Mistral, que si bien está bien considerada su obra, pero hay una obra paralela como sus cartas, que son poco difundidas?

“Hay una deuda, creo que vamos a mantener una deuda siempre con Gabriela Mistral. Por ejemplo, en las ‘Obras Reunidas’, que son  tomos de poesía, otros de prosa y después el epistolario y está incompleto. La serie se llama ‘Obras Reunidas’, no se llama ‘Obras  Completas’, por el vacío del epistolario”.

-La llevo a un tema más familiar, ¿les afectó la acusación constitucional de su primo Andrés Chadwick?

“Claro que sí, claro que sí. Yo valoro la gestión que él hizo en tiempos muy difíciles y duele, claro que duele”.

-El teatro regional es casi como la historia de Pedrito el Lobo ¿en qué está eso?

“Es un antiguo anhelo. Por una parte, de los artistas, de todos los colectivos, sobre todo de las artes escénicas, cine, ballet, música, en fin. Y dos, de la ciudadanía y eso hay que juntarlo, hay que hacer todo lo posible por que se produzca ese lugar. Ese proyecto entiendo que no prosperó, yo no estaba ahí, estaba afuera. Pero entiendo que existen voluntades para recuperarlo, rearmarlo. A mí el seremi, hace algunos meses atrás, Francisco (Varas) me puso el tema, esta necesidad de la ciudad y de la región, y estamos apoyando para levantar un plan de gestión, porque en eso es muy importante, hay que asegurar la sostenibilidad de los centros culturales, de los teatros. Porque claro, está la ceremonia de la primera piedra, después cortamos la cinta, pero después eso tiene que sostenerse, tiene que tener vida, acoger todas las inquietudes de artistas que quieren mostrarse, porque esa es su razón de ser, compartir con sus audiencias, su creatividad y para la ciudadanía que pueda tener acceso a la cultura, que nos enriquece el alma, la emoción, nos hace ser mejores personas”.

-Una pregunta algo indiscreta ministra. Es parte de la cultura popular poner sobrenombres en chile, ¿tuvo alguno usted cuando era estudiante?

(Se ríe) “Las respuestas son más indiscretas que las preguntas muchas veces, pero  no, trato de acordarme… si, hay una de cuando estaba en los últimos años de colegio, formamos un grupo musical y yo era la baterista, y era como raro una mujer tocando la batería, hoy hay una muy famosa, y nos pusieron las incógnitas, incluso nos pintábamos con corchos quemados para que no nos identificaran. A lo mejor hay muchos sobrenombres, pero nunca me los dijeron y seguramente me hicieron bulling y todas esas cosas. Soy una sobreviviente”.

 

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