• El objetivo del plan es elaborar una estrategia que proponga una serie de acciones por parte de la DGA y de terceros público-privados, que permitan suplir la demanda de agua y avanzar en la adaptación al cambio climático.
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LAUTARO CARMONA
Mandatado por la Dirección General de Aguas, la iniciativa tiene la finalidad, entre otras, de conocer la oferta y demanda actual de agua en las tres principales cuencas del territorio – Elqui, Limarí y Choapa – con el objetivo de proponer una serie de medidas para suplir la demanda del recurso hídrico en un contexto de cambio climático, asegurando de paso, su abastecimiento en calidad y cantidad.

Ante una masiva concurrencia de representantes regionales de actores del agua –juntas de vigilancia, asociaciones de canalistas, comunidades de agua, y APR – autoridades de la Dirección General de Aguas y de la seremi de Obras Públicas, dieron a conocer los principales avances de los estudios que hasta el momento se han llevado a cabo para dar origen al futuro Plan de Gestión de Recursos Hídricos de la región.

Impulsado por la DGA, el plan se aplicará en las cuencas de los ríos Elqui, Limarí y Choapa, y tiene como fin, entre otros, conocer la oferta y demanda actual de agua y establecer un balance hídrico y sus proyecciones a 10 años. Además, se busca diagnosticar el estado de información, infraestructura e instituciones que toman decisiones respecto al recurso hídrico a nivel regional.

Con todo ello, el objetivo es elaborar una estrategia que proponga una serie de acciones por parte de la DGA y de terceros público-privados, las cuales permitan suplir la demanda de agua y avanzar en la adaptación al cambio climático, permitiendo con ello, asegurar el abastecimiento de agua en cantidad y calidad.

Y si bien, en el pasado reciente, se han elaborado otros planes o estrategias para avanzar en la creación e implementación de una gobernanza moderna en torno al recurso hídrico, éstos sólo se habían enfocado en las aguas superficiales. Con este plan en cambio, por primera vez, serán incluidas las aguas subterráneas.

“La idea es no partir de cero, sino que analizar y diagnosticar a través de los estudios que se han realizado durante el tiempo, catastrando en terreno el nivel de agua que tenemos, tanto superficial como subterránea, lo que nos va a permitir saber cuánta es la cantidad de agua de la que disponemos, y cuanta es la cantidad de demanda que tenemos. De esa manera se van a poder generar modelaciones y proyecciones hacia futuro”, sostuvo el seremi de Obras Públicas, Pablo Herman.

Con estos datos actualizados, y teniendo en cuenta el contexto de escasez hídrica que vive la región, se pretende por tanto, implementar proyectos de infraestructura adecuados a las necesidades de agua existentes.

Respecto a las aguas subterráneas, el director regional de la DGA, Carlos Galleguillos recordó que existen 622 organizaciones de usuarios del agua en la región, “pero no tenemos comunidades de agua subterránea. La idea es conformar estas comunidades y que trabajen junto a las juntas de vigilancia, de manera que ambos protejan las fuentes de abastecimiento”.

“Es importante que estas dos fuentes de abastecimiento se relacionen, porque claramente todos están entrelazados con el sistema hidrogeológico. En caso de las precipitaciones, el agua, a través de los cauces naturales, infiltra, y eso va a recargar los acuíferos en zonas que tengan un cierto grado de relación con el borde del río”, agregó.

La visión de los APR

Para los comités de Agua Potable Rural en tanto, cualquier foco de estudio sobre demanda y oferta de agua debe estar puesto en el hecho de que en las cuencas de la región, la demanda de agua es hoy mucho mayor a la oferta existente.

En ese sentido, Luis Alfaro, presidente de la asociación gremial de APR del Limarí, recordó que por ejemplo, “sobre los 93 comités de APR que existen en la provincia del Limarí, hay muchos comités que ni siquiera tienen un solo derecho de agua (…)  Tenemos que cambiar el chip de todas las autoridades sobre que el agua potable rural debe ser automáticamente un derecho para el consumo”.  

Alfaro agregó además, que “se debe ejercer un mecanismo de control severo para quienes ocupan grandes cantidades de agua y parar con las solicitudes de cambio de puntos de captación de aguas profundas hasta que no se clarifique la verdadera realidad de las aguas que tenemos bajo nuestros suelos”.

En ese sentido, Paul Dourojeanni, analista de estudios de la División de Estudios y Planificación de la DGA, aseguró que paralelamente a los estudios del plan de gestión hídrica, se está llevando a cabo otro estudio para conocer “cuáles son las brechas de los APR  en cuanto a los derechos otorgados y sus necesidades, que tienen aquí y su proyección a futuro, pues las decisiones que tomemos ahora, nos determinarán las decisiones que tomaremos en el futuro”.

 

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